La gracia del combate
La gracia del combate Sin enemigos[1] ¿No tienes enemigos, dices? ¡Qué pena! amigo mío, tu alarde es pobre. El que se ha mezclado en la lucha del deber, que soportan los valientes, ¡debe haber hecho enemigos! Si no tienes ninguno, pequeño es el trabajo que has hecho. No has golpeado a ningún […]
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