Textos propios para la celebración de San Juan de la Cruz

Contenido

Misa de San Juan de la Cruz,

Presbítero y doctor de la Iglesia

Antífona de entrada Ga 6, 14

Dios me libre de gloriarme si no es en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.

Oración colecta

Dios, Padre nuestro,
que hiciste a tu presbítero San Juan de la Cruz
modelo perfecto de negación de sí mismo
y de amor a la Cruz,
ayúdanos a imitar su vida en la tierra
para llegar a gozar de tu gloria en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Liturgia de la Palabra

 

Primera lectura                                                                                                                                                      (1 Co 2, 1-10)

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintos

Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.

Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.

Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.

Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.

Palabra de Dios

 

Salmo Responsorial                                                                                                                                                Del Salmo 36

R. Rectas y sabias son las palabras del justo.

Confía en el Señor, practica el bien
y vivirás tranquilo en esta tierra;
que agradar al Señor sea tu deleite,
y él te dará cuanto deseas. R.

Pon tu vida en los manos del Señor,
en él confía,
y él hará que tu justicia y tu derecho
brillen igual que el sol de mediodía. R.

Rectas y sabias son
las palabras del justo;
pues lleva en su interior la ley de Dios,
sus pasos son seguros. R.

Aclamación antes del Evangelio                                                                                                                               Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
R. Aleluya.

Evangelio                                                                                                                                                                      Lc 14, 25-33

Lectura del santo Evangelio según San Lucas

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su Cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.

¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.

Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo”.

Palabra del Señor

 

Oración de los fieles

Acudamos ahora a Dios Padre, que quiere manifestarnos su gloria, y presentémosle nuestra oración, pidiéndole que su salvación alcance pronto a todos los hombres.

1.- Para que Dios visite, renueve y fortalezca a la Iglesia con los dones de su gracia. Roguemos al Señor.

2.- Para que las familias acepten con valentía y gozo la llamada al sacerdocio de sus miembros. Roguemos al Señor.

3.- Para que la paz de Dios apague todos los odios y recelos, y todos vivan reconciliados entre sí. Roguemos al Señor.

4.- Para que la luz de Cristo disipe las tinieblas de los que están enfermos y sufren por cualquier motivo. Roguemos al Señor.

5.- Para que siguiendo el ejemplo de San Juan de la Cruz busquemos el rostro de Dios y nos entreguemos a la oración y a la contemplación de los misterios de su amor. Roguemos al Señor.

Amanezca en nuestros corazones, Dios todopoderoso, el resplandor de tu gloria, para que, disipadas las tinieblas de la noche, la llegada de tu Unigénito manifieste que somos hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que te presentamos
en la fiesta de San Juan de la Cruz,
y concede a cuantos celebramos
los misterios de la Pasión del Señor
manifestar fielmente en nuestras vidas
lo que celebramos en la Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Y proclamar tus alabanzas
en la solemnidad de San Juan de la Cruz, nuestro Padre,
por Jesucristo, tu Hijo amado.

Por Él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas,
dejándolas vestidas de su bondad y hermosura.
Él nos ha dado, Padre,
la plenitud de la revelación y de la gracia,
porque en tu única Palabra
nos lo dijiste todo y nos lo diste todo
en los cielos y la tierra.

Por el misterio pascual de su pasión gloriosa
reconcilió a la humanidad contigo,
le dio con su Espíritu la plenitud de vida,
y levantó hasta el cielo la creación entera.

Y ahora, vive glorioso en el cielo
como Esposo y Cabeza de la Iglesia,
rodeado de todos los santos
que constituyen su eterna corona.

Por eso, unidos a los coros angélicos
te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo…

 Antífona de comunión Mt 16, 24

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su Cruz y me siga, dice el Señor.

Oración después de la comunión

Señor, Dios nuestro,
que has iluminado de modo admirable
el misterio de la Pasión
en la vida de San Juan de la Cruz;
concédenos ahora,
fortalecidos con este sacrificio,
permanecer siempre unidos a Cristo por la fe
y trabajar en la Iglesia
por la Salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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