Consagración de la Parroquia a la Virgen de Guadalupe

Contenido

Consagración de la Parroquia San Luis Rey de Francia (Ecuador)

 

Oh Santísima Virgen de Guadalupe, Madre del Verdadero Dios por quien se vive[1],

movidos por tu ternura maternal y la belleza incomparable de tu rostro hoy nos congregamos delante de tu trono para expresarte nuestro amor y honrarte como los buenos hijos hacen con sus madres.

¡Virgen Santa de Guadalupe!

Bellísima Señora,

Emperatriz Celeste de la América Cristiana[2].

En este día solemne en que celebramos tu Concepción Inmaculada, inspirados por la suavidad dulcísima con que te inclinas hacia nosotros, a Ti nos acercamos estos tus files de la Parroquia San Luis Rey de Francia y en presencia del Señor Arzobispo y de nuestros Superiores y delante de toda la corte celestial queremos consagrarte a perpetuidad toda nuestra Parroquia, con todas sus familias, con todos nuestros niños y jóvenes, con todos sus matrimonios, con todos sus ancianos y enfermos, con todos sus sacerdotes y religiosas, con todas las vocaciones religiosas y sacerdotales que por tu intercesión y para Ti quisiéramos ver florecer entre nosotros, con todos sus pobres y sus profesionales, y todas sus empresas e instituciones de bien presentes y futuras.

Madre de Dios, Inmaculada Virgen María, Tú que un día dijiste a San Juan Diego: ‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No estás por ventura en mi regazo?’[3] y te complaces en ser Madre Compasiva de quienes te honran confiando en tu intercesión[4]: Míranos Madre Amada, He aquí a tus hijos. Se nuestra Reina, Purísima Señora. Recíbenos bajo tu manto como a tus siervos más humildes. 

Por Ti, Dulcísima Señora, contigo, en plena unión con tus intenciones y para Ti queremos de hoy en más, estos tus hijos de la Parroquia San Luis Rey de Francia, vivir para honrarte y glorificarte y así cumplir con el dulcísimo deber de amarte en el tiempo y por toda la eternidad.

Oh Virgen de Guadalupe, la de los ojos de ternuras infinitas, guarda entre tus manos suplicantes a todas las almas aquí presentes, a los que ya no están y a los que vendrán después de nosotros. Te rogamos Virgen Reina de nuestra Parroquia y de nuestras vidas, convierte a los pecadores, enjuga las lágrimas de los que sufren, alivia a los pobres, ayuda a las familias heridas por la violencia, la mentira, y el egoísmo; guarda la flor de la pureza de estos tus niños y jóvenes; aumenta el amor de los esposos, para que caminen siempre en la luz de tu Hijo; fortalece en la fe a los catequistas y a los laicos de nuestra parroquia a fin de que estén cada vez más comprometidos y disponibles al servicio del Evangelio; suscita entre nosotros abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que tengan por el más sublime oficio guiar otras muchas almas al amor de tu Divino Hijo; que todos los sacerdotes que por aquí pasen, sean siempre “verdaderos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios”[5]. Y en fin, Madre Amada, concédenos que entre todos y al amparo de tu valiosa ayuda y ejemplo, trabajemos unidos y sin descanso por implantar el Evangelio de las bienaventuranzas, y seamos auténticos apóstoles de la evangelización de la cultura.

Aquí nos tienes Santísima Virgen de Guadalupe,

desde hoy y por siempre todos los fieles de la Parroquia San Luis Rey de Francia somos tus dichosos siervos. A Ti te pertenecemos irrevocablemente.

Misionera Celeste del Nuevo Mundo bendícenos y bendice todas nuestras obras de apostolado y todos los proyectos que para la gloria del Verbo Encarnado y por tu intercesión confiamos poder llevar a cabo.   

† A. M. D. G.

Guayaquil, Ecuador, 8 de diciembre de 2018

[1] Nican Mopohua

[2] Sermón del Ilmo. Sr. Dr. D. Crescencio Carrillo y Ancona, Obispo de Yucatán, proclamado el día de la coronación pontificia de la bendita imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.

[3] Nican Mopohua

[4] Cf. Nican Mopohua

[5] 1 Cor 4, 1.

Otras
publicaciones

Otras
publicaciones