
Queremos fundarnos en Jesucristo, que ha venido en carne (1 Jn 4,2), y en sólo Cristo, y Cristo siempre, y Cristo en todo, y Cristo en todos, y Cristo todo. Porque la roca es Cristo y nadie puede poner otro fundamento (1 Cor 3,11). Queremos amar y servir, y hacer amar y hacer servir a Jesucristo: a su Cuerpo y a su Espíritu.
(Constituciones, n. 7)
últimas publicaciones

Docilidad al Magisterio de la Iglesia
DOCILIDAD AL MAGISTERIO DE LA IGLESIA Porque el Instituto ha nacido en la Iglesia Católica y es de la Iglesia Católica y para la

Nuestra alegría ha de ser espiritual y sobrenatural
Nuestra alegría ha de ser espiritual y sobrenatural Directorio de Vida Consagrada, 392 “Nuestro mundo se está volviendo viejo con tanta seriedad…el sacerdote hoy tiene

Solemnidad de San José 2019
Solemnidad de San José, Esposo de María 19 de marzo de 2019 Mt 1, 16. 18-21. 24 [Exordio] Queridos hermanos, hoy contemplamos la figura

A los seminaristas del Seminario de San Rafael, 2017
Charla para los Seminaristas del Seminario Madre Maria del Verbo Encarnado [Exordio] Queridos todos: Dado que esta es una charla especialmente dirigida a Ustedes, seminaristas,

Espíritu de alegría
Los miembros del Instituto del Verbo Encarnado queremos caracterizarnos y destacarnos por vivir en “contagiosa alegría”[1]. Esa alegría que es “fruto del Espíritu Santo y

“La verdad en las redes sociales”
Este Verbo es verdaderamente la Verdad[1] Directorio de Espiritualidad, 54 “Las redes sociales amplifican exponencialmente el chisme y la habladuría, al punto que no sabemos
Libro de fotos
Haga click en la imagen para ver el libro de fotos preparado con ocasión del 35º aniversario del Instituto.
elementos no negociables
Queremos ofrecer una presentación de aquello que llamamos los «elementos no negociables» de nuestro Instituto. Con esta expresión nos referimos a algunos puntos pertenecientes a nuestra espiritualidad, formación y apostolado que se han visto como inseparables de nuestro carisma…
nuestro fin
Como todo Instituto de vida consagrada, tanto religioso como secular, tenemos un fin universal y común – que suele denominarse vocación – por el que queremos seguir más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo, dedicándonos totalmente a Dios como a nuestro amor supremo…



