Textos propios para la Misa de los Mártires de El Pueyo

Contenido

Misa

Santos Mártires del Pueyo

Antífona de entrada

 

Los santos que siguieron las huellas de Cristo, viven gozosos en el cielo. Derramaron la sangre por su amor, por eso se alegran con Cristo para siempre.

Oración colecta

 

Dios, Padre nuestro,
que al beato Mauro, presbítero, y compañeros, mártires,
con la ayuda de la Madre de Dios,
los llevaste a la imitación de Cristo hasta el derramamiento de la sangre,
concédenos, por su ejemplo e intercesión,
confesar la fe con fortaleza, de palabra y de obra.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

 

Recibe, Padre santo,
las ofrendas que te presentamos
en la fiesta de tus mártires Mauro Palazuelos y compañeros,
y concédenos la gracia
de permanecer siempre firmes
en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio

V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor nuestro Dios R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque la sangre de los gloriosos mártires Mauro Palazuelos y compañeros, derramada, como la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder; pues en su martirio has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio; por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, como los ángeles te cantan en cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de comunión Lc 22, 28-30

 

Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os transmito el reino -dice el Señor-; comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino.

Oración después de la comunión

 

Señor y Dios nuestro,
que iluminaste el misterio de la cruz
en la muerte gloriosa de tus mártires,
escucha nuestra súplica
y haz que, fortalecidos por este sacrificio,
nos unamos a Cristo fielmente
y trabajemos en la Iglesia
por la salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición solemne

Todos los santos

Dios, gloria y felicidad de los santos, que os ha concedido celebrar hoy esta memoria de los Beatos mártires Mauro Palazuelos y compañeros os otorgue sus bendiciones eternas. R. Amén.

Que por intercesión de los beatos mártires Mauro Palazuelos y compañeros os veáis libres de todo mal, y, alentados por el ejemplo de su vida, perseveréis constantes en el servicio de Dios y de los hombres. R. Amén.

Y que Dios os conceda reuniros con los santos en la felicidad del reino, donde la Iglesia contempla con gozo a sus hijos entre los moradores de la Jerusalén celeste. R. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

R. Amén

Liturgia de la Palabra

PRIMERA LECTURA

Macabeos 7,1.20-23.27b-29

Lectura del segundo libro de los Macabeos En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero ninguno más admirable y digno de recuerdo que la madre. Viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un día, lo soportó con entereza, esperando en el Señor. Con noble actitud, uniendo un temple viril a la ternura femenina, fue animando a cada uno, y les decía en su lengua: -«Yo no sé cómo aparecisteis en mi seno; yo no os di el aliento ni la vida, ni ordené los elementos de vuestro organismo. Fue el Creador del universo, el que modela la raza humana y determina el origen de todo. Él, con su misericordia, os devolverá el aliento y la vida, si ahora os sacrificáis por su ley». Y dijo al más pequeño: -«Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en el seno, te amamanté y crié tres años y te he alimentado hasta que te has hecho un joven. Hijo mío, te lo suplico, mira el cielo y la tierra, fíjate en todo lo que contienen y verás que Dios lo creó todo de la nada, y el mismo origen tiene el hombre. No temas a ese verdugo, no desmerezcas de tus hermanos y acepta la muerte. Así, por la misericordia de Dios, te recobraré junto con ellos».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Sal 30,3cd-4.6 y 8ab.16bc-17 (R.: 6a)

R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R.

A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción. R.

Líbrame de los enemigos que me persiguen; haz brillar tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia. R.

SEGUNDA LECTURA

Corintios 6,4-10

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos:

Continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios.

Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.

Palabra de Dios.

ALELUYA

A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti te ensalza el blanco ejército de los mártires.

EVANGELIO:

Jn. 15,18-21

Lectura del santo evangelio según san Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.

Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”.

Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

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