Textos propios para la Misa de San Gregorio de Narek

Contenido

27 de febrero
San Gregorio de Narek

abad y doctor de la Iglesia

Memoria Libre

Nació en torno al año 950 en la histórica región armenia de Andzevatsik y creció en el seno de una familia culta. Siendo joven ingresó en el monasterio de Narek, cuyo abad era Ananías, primo hermano de su madre. Estudió en la ilustre escuela del monasterio y en él permaneció toda su vida, devoto de la Virgen María, primero como presbítero y luego como abad, alcanzando las cimas de la santidad y de la experiencia mística, como lo muestra la doctrina expuesta en sus diversas obras teológicas y místicas. En el año 1003 redactó el insigne Libro de las lamentaciones y, apenas dos años después, descansó en el Señor.

Del Común de doctores de la Iglesia, o del Común de santos: para un abad

ORACIÓN COLECTA

 

Dios todopoderoso y eterno
que te has dignado colmar de ciencia mística
a san Gregorio, maestro y honor del pueblo armenio, haz que, siguiendo sus enseñanzas,
aprendamos el arte de dialogar contigo y a sostener siempre nuestra vida
con los sacramentos de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Sab 7, 7-10. 15-16

Quise más la sabiduría que la salud y la belleza

Supliqué, y se me concedió la prudencia;
invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría.

La preferí a cetros y tronos,
y, en su comparación, tuve en nada la riqueza.

No le equiparé la piedra más preciosa,
porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena,
y, junto a ella, la plata vale lo que el barro.
La quise más que la salud y la belleza,
y me propuse tenerla por luz,
porque su resplandor no tiene ocaso.

Que me conceda Dios saber expresarme y pensar
como corresponde a ese don,

pues él es el mentor de la sabiduría
y quien marca el camino a los sabios.

Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras,
y toda la prudencia y el talento.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo 36, 3-4. 5-6. 30-31 (R.: 30a)

R/. La boca del justo expone la sabiduría.

V/. Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

V/. Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y. él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R/.

V/. La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho;
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan. R/.

ALELUYA

Jn 6, 63c. 68c

Tus palabras, Señor,
son espíritu y vida;
tú tienes
palabras de vida
eterna.

 

EVANGELIO

Mt 7, 21-29

Jesús les enseñaba
como quien tiene
autoridad.

Lectura del santo evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día, muchos dirán:
«Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?».
Yo entonces les declararé
«Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados».
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente».
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.

Palabra del Señor.

Oficio de lectura

SEGUNDA LECTURA

Del Libro de las lamentaciones de San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia.

(Oratio 70, III-IV: SCh 78, 369-370)

Me refugiaré en ti, oh, Cristo

Y puesto que el poder de los hombres para ser salvados fue medido y delimitado, se puso de manifiesto, oh, benefactor nuestro, que ellos también habían sido objeto de tu misericordia, robustecidos por ti, oh, todopoderoso, llamados por ti, oh, defensor nuestro, perdonados por ti, a quien todo es posible, que se habían convertido en beneficiarios de tu indulgencia, oh, liberador nuestro, que habían sido sanados por ti, oh, incorruptible, que eres inmune a toda enfermedad, vivificados e iluminados por ti. Por eso, sabiendo lo que vale mi naturaleza terrena, me refugiaré en ti, oh, Cristo, Hijo del Dios viviente, en todo bendito. Además, al mencionar aquí la frase conforme a esta oración, se justifica lo que he escrito anteriormente: «Caigamos en manos del Señor y no en manos de los humanos, pues su misericordia es como su grandeza».
Porque, en este Libro de las lamentaciones, yo no deseo disminuir los méritos de quienes imploran la salvación, pues sin ellos no puede uno acercarse a Dios.
Yo glorifico el nombre del Salvador, alabo su gracia para con todos y proclamo con mi discurso que todos aquellos que alcanzaron gran honor tras una vida bienaventurada fueron siempre deudores del remedio de su misericordia.
Porque tú eres la vida, tú la salvación, tú la salud, tú la inmortalidad, tú la beatitud, tú nuestra iluminación.
Dame descansar del hastío de mis pecados, para que también tú puedas reposar de mis gemidos y de mi tediosa insistencia —siempre molesta—, oh, juez mío.

Tú, que tan solo en salvar a los hombres encuentras tus delicias, oh, bendito por

los siglos. Amén.

RESPONSORIO

Sal 33, 6. 23; 2 Tim 2, 22

R. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
*El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él.
V. Busca la justicia, la fe, el amor, la paz. *El Señor.

Laudes

Ant. Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno que te has dignado colmar de ciencia mística a san Gregorio, maestro y honor del pueblo armenio, haz que, siguiendo sus enseñanzas, aprendamos el arte de dialogar contigo y a sostener siempre nuestra vida con los sacramentos de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas

Ant. Oh, doctor admirable, luz de la Iglesia santa, bienaventurado Gregorio, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.

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