Para qué sirve un oratorio?  

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Reportaje al P. Carlos Buela realizado por los jóvenes del Taller de Prensa del Oratorio
Festivo Beato Pier Giorgio Frassati.
Extraemos el reportaje del boletín “Chispas” nº 1, órgano del Oratorio. 

 

¿Con qué fines se realiza el Oratorio Festivo?

-El Oratorio Festivo tiene varios fines determinados: es para que los jóvenes puedan encontrarse, alegrarse, instruirse y ayudarse.

¿Cómo define al Oratorio? 

-Es muy difícil de definir, porque es una cosa que abarca aspectos religiosos, aspectos culturales, aspectos musicales. San Juan Bosco lo define, de alguna manera, diciendo: “es un templo, una escuela, una casa (como casa de familia), y un patio (en el sentido de lugar de recreo, de diversión)”. Es difícil de definir, se describe.

¿En qué consiste el “espíritu de Oratorio”? 

-El espíritu de Oratorio es un espíritu de gran alegría y en la alegría encontrar el sentido de la vida, para qué estamos acá en este mundo y aprender a encaminarnos a la otra vida.

¿Qué importancia tiene el Oratorio? 

-El Oratorio es tan importante porque, como dice San Juan Bosco, “para cambiar un pueblo hay que tener Oratorio”; por eso, de hecho, en cada parroquia debería existir un Oratorio, para que los jóvenes pudiesen encontrarse, porque muchas veces no es que los jóvenes no quieran, sino que no les dan oportunidad.

¿Qué cualidades deben tener los que trabajan en un Oratorio? 

-Simplemente querer hacer el bien.

¿Para quiénes se realiza el Oratorio? 

El Oratorio es para todo joven, varón o mujer, tanto el que está en la primera adolescencia como el que está en la segunda adolescencia o el que ya entró plenamente en la juventud. Con que se tenga buena voluntad, es para todos.

¿Con el espíritu de qué santo se realiza este Oratorio? 

-El Oratorio comienza con alguien del cual se celebraron hace poco los 350 años de su muerte: San Felipe Neri. Era un santo muy alegre; era florentino pero vivió en Roma. Con el tiempo, según la costumbre de él, se siguió haciendo Oratorios. En el siglo pasado es Don Bosco quien toma la idea de Oratorio, pero la transforma haciendo una cosa que es muy particular, muy personal de él, que es lo que tratamos de hacer nosotros acá. Así es que creo que estos son los dos grandes santos que marcan lo que tiene que ser un Oratorio: San Felipe Neri y San Juan Bosco.

Háblenos un poco sobre San Juan Bosco. 

-San Juan Bosco ha sido nombrado patrono de la juventud porque él desde su primer tiempo de sacerdote comenzó a trabajar con los jóvenes y para eso también supo juntarse con quienes tenían vocación para trabajar con los jóvenes y para ese fin fundó la Congregación Salesiana, que se dedica especialmente a la educación de la juventud en los colegios y que también siguen con la costumbre del Oratorio, a veces con mayor habilidad y otras veces con menor habilidad porque resulta que no es fácil actualmente hacer Oratorios para jóvenes; a nosotros nos resulta fácil porque tenemos muchos jóvenes seminaristas: hay unos que son capaces en pintura, otros en música, otros que les gusta el periodismo, otros que saben imitar, otros que cantan… Entonces podemos hacer Oratorio con más facilidad, porque una de las cosas necesarias -como la convocatoria al Oratorio es voluntaria- es que las actividades del Oratorio tienen que tener gancho, pues si no tienen gancho o son una cosa plomo, no vas. Si un sacerdote está solo es muy difícil organizar hoy un Oratorio porque es mucha la gente que tiene que estar. Por eso creo que por esta situación tan especial, de que tenemos un Seminario tan nutrido y con tantos jóvenes, podemos hacer con mayor facilidad Oratorio, cosa que en otros lados resulta más difícil hacer.

-¿De qué manera se integra la familia en el Oratorio Festivo? ¿Cómo puede participar? 

-Yo creo que hay que buscar que la familia se integre todo lo posible, tanto en acompañar en la participación litúrgica, como así también en la parte recreativa o cuando se hace el fogón. Por eso suelen venir papás y mamás de ustedes porque quieren ver; les llama la atención de que estén entusiasmados con algo, porque hoy es un problema serio el que haya muchos jóvenes que no estén entusiasmados con nada. Están como con los brazos caídos. Es tremendo pero es así.

Yo veo que hay que integrar a las familias, aunque los mayores están más problematizados que los jóvenes. Nosotros tenemos en los colegios la dificultad -al menos yo la tenía en Buenos Aires-, que el problema no lo teníamos con los jóvenes sino con los padres; muchas veces el joven sigue teniendo gratos ideales y sin embargo son los grandes los que los desaniman.

-¿Por qué motivo decidieron formar un Oratorio cuando en San Rafael ya había otro? 

-Porque como dije antes, en toda parroquia debería haber un Oratorio. No es que sea un Oratorio para esta ciudad. Así como hay muchas parroquias, deberían haber muchos Oratorios.

¿De qué manera puede ayudar la comunidad? 

 -La comunidad puede ayudar de muchas maneras, posibilitando el transporte y otros elementos que se necesitan para hacer que cada día el Oratorio sea distinto. Decía un sucesor de Don Bosco que “cada domingo el Oratorio se tiene que vestir de fiesta”. Así el joven se siente a gusto y vestir de fiesta no es difícil: ¡es una cosa muy simple!

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