Fórmula de votos perpetuos en el IVE

Contenido

Fórmula de consagración perpetua en el

instituto del verbo encarnado[1]

 

Por el amor

al Padre, origen primero y fin supremo
de la vida consagrada;
a Cristo, que nos llama a su intimidad;
al Espíritu Santo, que dispone el ánimo
a acoger sus inspiraciones.

Yo N.N., libremente, hago a Dios oblación de todo mi ser:
para profundizar, con un amor cada vez más sincero e intenso,
el don de los consejos evangélicos en dimensión trinitaria;
para ser una huella concreta que la Trinidad deja en la historia
y así todos los hombres descubran el atractivo
y la nostalgia de la belleza divina;
para que mi vida sea memoria viviente
del modo de existir y de actuar
de Jesús, el Verbo hecho carne (cf. Jn 1,14),
ante el Padre y ante los hombres.

Por eso, comprometo todas mis fuerzas
para no ser esquivo a la aventura misionera,
para inculturar el Evangelio
en la diversidad de todas las culturas,
para prolongar la Encarnación del Verbo
“en todo hombre, en todo el hombre
y en todas las manifestaciones del hombre”
asumiendo todo lo auténticamente humano,
para ser como otra humanidad de Cristo,
para realizar con mayor perfección
el servicio de Dios y de los hombres.

Por esto, delante de Dios nuestro Señor y de todos sus santos,
ante N.N., Superior provincial
del Instituto del Verbo Encarnado,
(o bien: ante N.N., que hace las veces
de Superior provincial del Instituto del Verbo Encarnado)
y en presencia de los miembros de dicho Instituto
y de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará,
hago voto de vivir para siempre
casto, por el Reino de los Cielos,
pobre, manifestando que Dios es la única riqueza verdadera del hombre,
y obediente, hasta la muerte de cruz
para seguir más íntimamente al Verbo Encarnado
en su castidad, pobreza y obediencia,
de acuerdo al camino evangélico
trazado en las Constituciones
del Instituto del Verbo Encarnado,
y para mejor hacerlo hago un cuarto voto
de consagración a María en materna esclavitud de amor.
Pido la intercesión de Nuestra Señora, de los Doce Apóstoles
y de los otros santos patronos,
las oraciones de los hermanos en el Verbo Encarnado
y de las hermanas del Instituto
de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.
El amor y la gracia de la Santísima Trinidad
me ayuden a ser fiel en la obra que ha comenzado.

El que toma los votos responde:

En nombre de la Iglesia
y del Instituto del Verbo Encarnado
recibo con gran alegría en nuestra Familia Religiosa
a estos hermanos con votos perpetuos,
quienes manifestaron el deseo explícito
de una total conformación
con Cristo, Verbo Encarnado.

[1] Tomada de las Constituciones, 257.

Otras
publicaciones

Otras
publicaciones