San Pío de Pietrelcina, presbítero
Memoria obligatoria
Antífona de entrada
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor, santos y humildes de corazón, alabad a Dios.
Oración colecta
Dios Todopoderoso y eterno,
que concediste a san Pío, presbítero,
la gracia singular de participar en la cruz de tu Hijo,
y por su ministerio renovaste las maravillas de tu misericordia,
concédenos, por su intercesión,
que, asociados siempre a los sufrimientos de Cristo,
lleguemos felizmente a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera Lectura
Del libro del profeta Jeremías (9,22-23)
Así dice el Señor: “No se alabe el sabio de su sabiduría, ni se alabe el valiente por su valentía, ni se alabe el rico por su riqueza. Mas alábese en esto el que se hubieses de alabar: en entenderme y conocerme, porque soy el Señor que actúo con misericordia, con derecho y justicia porque esto me complace.
Palabra del Señor. Demos gracias a Dios.
Salmo Responsorial
Salmo 15
R: Tú eres, Señor, mi único bien.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”.
El Señor es el lote de mi heredad y mi cáliz
Mi vida está en tus manos R.
Bendigo al Señor que me aconseja
Hasta de noche mi corazón instruye,
Tengo siempre presente al Señor
Con él a mi derecha no vacilaré. R
Me indicarás el sendero de la vida
Me saciarás de gozo en tu presencia
De alegría perpetua a tu derecha. R
Segunda Lectura
De la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas (6,14-18)
Hermanos, en cuanto a mi ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!
Porque nada cuenta ni la circuncisión ni la incircuncisión, sino la creación nueva. Y para cuantos sigan esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios. En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo está con vuestro espíritu. Amén.
Palabra de Dios. Demos gracias a Dios.
Evangelio
Del Evangelio según San Mateo (11,25-30)
En aquel tiempo Jesús dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a pequeños. Si Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo le quiera revelar.
Venid a mi todos los que estáis fatigados y sobrecargados y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Palabra del Señor. Gloria Ti, Señor Jesús
Oración de los fieles
Elevemos ahora nuestras voces a Dios Padre todopoderoso, para quien nada permanece escondido, y pidámosle que escuche nuestras plegarias.
- Para que todos los miembros de la Iglesia manifestemos nuestra fe con nuestra conducta. Roguemos al Señor.
- Para que siempre haya hombres de fe que, como san Pío de Pietrelcina, atraigan por su palabra y su ejemplo hacia Jesucristo a los hombres de todo el mundo. Roguemos al Señor.
- Para que dé prosperidad a nuestro pueblo y conserve en el amor y la concordia a sus habitantes. Roguemos al Señor.
- Para que los enfermos, los impedidos y los ancianos obtengan el consuelo y los bienes de Dios. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor nos preserve del pecado y nos haga crecer en la experiencia viva de su Espíritu. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que nos llamas a dar testimonio de Ti ante el mundo; atiende las peticiones que te hemos dirigido y danos la fuerza necesaria para ser en todas partes luz que alumbre con la fuerza del evangelio. Por Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Acepta complacido, Señor, nuestras ofrendas
y concédenos que, dóciles a las enseñanzas de san Pío de Pietrelcina,
celebremos con dignidad estos divinos misterios
y los recibamos con espíritu de fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
V: El Señor está con ustedes.
R: Y con tu espíritu.
V: Levantemos el corazón.
R: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R: Es justo y necesario.
Es verdaderamente bueno y justo,
nuestro deber y fuente de salvación,
darte gracias siempre, y en todo lugar a Ti,
Señor, Padre santo, Dios omnipotente y eterno.
Tú has puesto en el corazón de San Pío
el fuego de una tan grande caridad por Cristo.
Él asociado a su Pasión, lo ha seguido con amor
perseverando hasta la cruz;
y a los hermanos afligidos de pena en el alma y el cuerpo,
ha revelado incesantemente la misericordia divina.
Y nosotros, unidos a la multitud de los Ángeles, y de los Santos,
cantamos sin cesar el himno a tu alabanza.
Antífona de comunión Cf. Jn 15,9
El buen pastor da la vida por las ovejas.
Oración después de la comunión
Al celebrar la fiesta de san Pío de Pietrelcina,
te rogamos, Señor Dios nuestro,
que por la eficacia de la mesa celestial
seamos constantes en la fe
y vivamos concordes en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.