Triduo Solemne en honor a San Luis María Grignion de Montfort
De entre los grandes maestros de la vida espiritual bajo cuya doctrina se forman los miembros del Instituto del Verbo Encarnado, San Luis María Grignion de Montfort tiene una impronta especial en nuestro ser “esencialmente misioneros y marianos”[1]. Ya por su marcada devoción mariana −en quien nos inspiramos para la realización del cuarto voto− y que tantas implicancias tiene para el ‘modo’ de vivir nuestra consagración y de hacer apostolado; ya por su inefable amor a la cruz; ya por su incansable celo misionero.
Por eso hoy ponemos a disposición de todos los miembros del Instituto del Verbo Encarnado este Triduo Solemne en honor a San Luis María Grignion de Montfort para ser rezado por todos sus miembros actuales y como preciosa herencia espiritual que queremos legar a quienes vendrán después de nosotros.
En perpetua gratitud del insigne apóstol de María que nos enseñó a decir: ¡“Totus tuus”, María![2].
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Hecha la señal de la Santa Cruz, se dice el
Acto de Contrición
Pésame, Dios mío,
y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.
Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí;
pero mucho más me pesa,
porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido,
y propongo firmemente no pecar más,
y evitar todas las ocasiones próximas de pecado.
Amén.
Día primero
25 de abril
Pidiendo la gracia de vivir en plenitud las exigencias del cuarto voto de esclavitud mariana
“Nadie puede llegar a una íntima unión con Nuestro Señor y a una fidelidad perfecta al Espíritu Santo sin una unión muy estrecha con la Santísima Virgen y una verdadera dependencia de su socorro”[3].
San Luis María Grignion de Montfort, verdadero devoto de la Madre de Dios, bajo cuya inspiración nos consagramos en esclavitud de amor a María Santísima[4] “para trabajar, en suma docilidad al Espíritu Santo y dentro de la impronta de María, a fin de enseñorear para Jesucristo todo lo auténticamente humano”[5] concédenos la gracia de “vivir siempre por Jesús y por María, con Jesús y con María, en Jesús y en María, para Jesús y para María”[6]. Que los miembros del Instituto del Verbo Encarnado seamos hoy y siempre “Apóstoles de María”[7], hombres libres “que vayan por todas partes con… el santo Evangelio en la boca y el santo Rosario en la mano, a ladrar como perros, a quemar como brasas e iluminar las tinieblas del mundo como soles”[8] proclamando con nuestro testimonio de verdaderos hijos de María que Ella es el camino que siguió el Verbo Encarnado para venir al mundo, que sigue usando y que usará[9].
Aquí se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
Al terminar esta oración se rezan las Letanías en honor a San Luis María Grignion de Montfort y la oración final.
Día segundo
26 de abril
Pidiendo la gracia de la ciencia de la cruz y de la alegría de la cruz[10]
“Amigos de la Cruz, discípulos de un Dios crucificado, el misterio de la cruz […] es el misterio maravilloso que ustedes tienen que aprender en la práctica, en la escuela de Jesús crucificado y que sólo allí lograrán aprender. […] ¡Sólo Jesucristo, con su gracia triunfadora, puede enseñarles y darles a gustar este misterio!”[11].
San Luis María, auténtico amigo de la cruz, que con tu ejemplo nos alientas a pedir la sabiduría de la cruz que sólo se alcanza mediante grandes padecimientos, humillaciones profundas y fervientes oraciones[12], alcánzanos la gracia de “desear vehementemente la cruz”[13] y de amar la propia cruz a la luz de la fe. Ayúdanos a ser generosos y valientes en el cumplimiento de las exigencias de la cruz[14] y que hoy y siempre donde quiera que vayamos nuestro lema siempre sea: “ni Jesús sin la Cruz, ni la Cruz sin Jesús”[15].
Aquí se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
Al terminar esta oración se rezan las Letanías en honor a San Luis María Grignion de Montfort y la oración final.
Día tercero
27 de abril
Pidiendo la gracia de ser sacerdotes según el Corazón de Cristo:
“con una lengua, labios y sabiduría a los que no puedan resistir los enemigos de la verdad”[16]
“Señor Jesús, acuérdate de tu congregación. […] Da hijos y servidores a tu Madre. […] Hombres siempre disponibles… siempre dispuestos a correr y sufrirlo todo por tu causa. […] Es tu congregación: es tu obra, Dios soberano. Realiza tus designios totalmente divinos: junta, reúne de todos los confines un verdadero ejército contra tus enemigos”[17].
San Luis María, “caminante del Evangelio, inflamado por el amor a Jesús y a su santa Madre, que supiste llegar a las multitudes y hacerles amar a Cristo Redentor contemplado en la cruz”[18] dedicándote con gran celo a la predicación de misiones populares, míranos con compasión pues también somos misioneros y danos de tu fervor espiritual, de tu alegría de evangelizar y un “ímpetu misionero” que no conozca de desalientos a la hora de “prolongar la Encarnación en todas las cosas”[19]. San Luis María, “apóstol auténtico de los últimos tiempos”[20] −por tu intercesión− “quiera Dios concedernos muchos y santos predicadores, verdaderos ‘apóstoles auténticos’, ‘fuego encendido’[21], que se gasten y desgasten por el bien de las almas[22]”[23].
Aquí se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
Al terminar esta oración se rezan las Letanías en honor a San Luis María Grignion de Montfort y la oración final.
LETANÍAS EN HONOR A SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos
Dios Padre Celestial Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo Ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo Ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios Ten misericordia de nosotros
Santa María Ruega por nosotros
San Luis María Grignion de Montfort Ruega por nosotros
Discípulo fiel de Jesucristo, Sabiduría Encarnada Ruega por nosotros
Corazón dócil al Espíritu Santo Ruega por nosotros
Predicador de la Cruz y del Rosario Ruega por nosotros
Esclavo de amor de Jesús en María Ruega por nosotros
Doctor de la verdadera devoción a la Santísima Virgen Ruega por nosotros
Hombre de oración y mortificación Ruega por nosotros
Hombre de silencio y retiro Ruega por nosotros
Modelo de sacerdote y misionero Ruega por nosotros
Fundador de congregaciones religiosas Ruega por nosotros
Formador de laicos al servicio de la Iglesia Ruega por nosotros
Amigo de los pobres y los enfermos Ruega por nosotros
Educador cristiano de la juventud Ruega por nosotros
Obtennos el espíritu de fe, San Luis María Grignion de Montfort
Obtennos el sentido de la cruz, San Luis María Grignion de Montfort
Obtennos tu verdadera devoción a María, San Luis María Grignion de Montfort
Obtennos tu amor por la Iglesia, San Luis María Grignion de Montfort
Obtennos tu coraje en las pruebas, San Luis María Grignion de Montfort
Obtennos tu espíritu misionero, San Luis María Grignion de Montfort
V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
R. Perdónanos, Señor.
V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
R. Escúchanos, Señor.
V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
R. Ten misericordia de nosotros.
ORACIÓN
Señor, Tu que llenaste el corazón de San Luis María del deseo ardiente de predicar el Evangelio de tu Hijo a los pueblos, concédenos por su intercesión, que bajo la guía de María, seamos dóciles a tu Espíritu y lleguemos a ser apóstoles incansables de tu reino, atentos al llamado de los pobres. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
[1] Constituciones, 31.
[2] Constituciones, 19; op. cit. Tratado de la verdadera devoción, 216; Lema episcopal de San Juan Pablo II.
[3] Tratado de la verdadera devoción, [43]. “La relación filial con María es el camino privilegiado para la fidelidad a la vocación recibida y una ayuda eficacísima para avanzar en ella y vivirla en plenitud”. Vita Consecrata, 28.
[4] Cf. Constituciones, 17.
[5] Constituciones, 30.
[6] Constituciones, 89.
[7] Directorio de Espiritualidad, 307.
[8] Directorio de Espiritualidad, 197; op. cit. Oración abrasada.
[9] Cf. Directorio de Espiritualidad, 83; op. cit. El Secreto de María, [58] y Tratado de la verdadera devoción, [50].
[10] Cf. Directorio de Espiritualidad, 136.
[11] Cf. Carta Circular a los Amigos de la Cruz, 26.
[12] Cf. Carta Circular a los Amigos de la Cruz, 45.
[13] Directorio de Espiritualidad, 136.
[14] Cf. Constituciones, 20; Directorio de Vida Consagrada, 350; op. cit. Vita Consecrata, 14.
[15] Directorio de Espiritualidad, 144; op. cit. El amor de la Sabiduría Eterna, cap. XIV, 1.
[16] Cf. Constituciones, 231; op. cit. Oración abrasada, 22.
[17] Cf. Súplica ardiente para pedir misioneros, 6, 10, 26.
[18] Cf. San Juan Pablo II, Mensaje a la Familia Religiosa Montfortiana con ocasión del 50 aniversario de la canonización de su fundador, (21/6/1997).
[19] Constituciones, 5.
[20] San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la verdadera devoción a María, 58.
[21] Tratado de la verdadera devoción, [56].
[22] 2 Cor 12, 15.
[23] Cf. Directorio de Misiones Populares, 150.